El frío intenso podría reducir las plagas de procesionaria del pino este año
El profesor Carlos Colinas explica que el frío puede limitar su actividad
Descargar pdfLas temperaturas polares de este inicio de 2021 podrían reducir los insectos que causan una de las mayores plagas en los pinares, la oruga procesionaria de pino. Así lo afirman expertos de la Universitat de Lleida (UdL) y el Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC), que esperan una reducción en el número de larvas que sobrevivan hasta la primavera en las zonas más castigadas por la borrasca.
Los datos oficiales de la Agencia Estatal de Meteorología recogen que Filomena ha provocado en Cataluña temperaturas medianas diarias bajo cero en los últimos días, con mínimas inferiores a los 10 grados bajo cero entre los días 6 y 7 de enero a buena parte del territorio. Estas bajas temperaturas podrían tener un efecto inesperado en la procesionaria.
"La larva de este lepidóptero es una de las pocas que se mantiene activa durante el invierno. De hecho, el frío se considera el principal limitante en su distribución geográfica", explica el catedrático de Patología Forestal de la Universitat de Lleida (UdL), Carlos Colinas. "Esta alimentación invernal es infrecuente en otros insectos forestales, puesto que las temperaturas bajas limitan drásticamente la actividad y el desarrollo de las larvas. Para sobrevivir, estos insectos se mantienen protegidos en sus nidos o bolsas durante el día, acumulando calor, para salir durante la noche y alimentarse", añade.
En los últimos años, Cataluña, al igual que buena parte de sur de Europa, ha registrado un incremento progresivo de pinares afectados por esta plaga forestal. Los inviernos suaves seguidos de primaveras cálidas, favorecidos por el actual escenario de calentamiento global, han facilitado la expansión de esta especie que "ha incrementado su rango de distribución más de 80 kilómetros en dirección norte a países como Francia en los últimos treinta años, según investigaciones recientes", destaca Colinas.
Ante esta situación, habría que preguntarse si acontecimientos climáticos de frío extremo como Filomena podrían suponer un freno en el avance de la plaga. "La literatura científica clásica menciona que períodos de algunas horas a -10 °C o -12 °C causaría la muerte de muchas de las larvas, incluso refugiadas en los nidos", explica el investigador del CTFC en el área de sanidad forestal, E. Jordan Muñoz-Adalia.
Ambos investigadores coinciden en que la sucesión de algunos días con temperaturas por debajo del umbral de tolerancia de la procesionaria (como los sufridos en la última semana) tendrán un impacto en las poblaciones de esta oruga. Así, en las zonas más castigadas por la borrasca esperan una reducción del número de larvas que sobrevivirán hasta la primavera, época en que realizan sus procesiones y causan molestias en la población por su capacidad urticante.
Sin embargo "todavía es pronto para asegurar que la plaga remitirá de manera general", añaden los investigadores, "a pesar de que en las zonas menos favorables para la especie, como los bosques situados a mayores altitudes, es probable que se observen menores daños en al arbolado este 2021, dando un respiro a los pinares"
En los últimos años, Cataluña, al igual que buena parte de sur de Europa, ha registrado un incremento progresivo de pinares afectados por esta plaga forestal. Los inviernos suaves seguidos de primaveras cálidas, favorecidos por el actual escenario de calentamiento global, han facilitado la expansión de esta especie que "ha incrementado su rango de distribución más de 80 kilómetros en dirección norte a países como Francia en los últimos treinta años, según investigaciones recientes", destaca Colinas.
Ante esta situación, habría que preguntarse si acontecimientos climáticos de frío extremo como Filomena podrían suponer un freno en el avance de la plaga. "La literatura científica clásica menciona que períodos de algunas horas a -10 °C o -12 °C causaría la muerte de muchas de las larvas, incluso refugiadas en los nidos", explica el investigador del CTFC en el área de sanidad forestal, E. Jordan Muñoz-Adalia.
Ambos investigadores coinciden en que la sucesión de algunos días con temperaturas por debajo del umbral de tolerancia de la procesionaria (como los sufridos en la última semana) tendrán un impacto en las poblaciones de esta oruga. Así, en las zonas más castigadas por la borrasca esperan una reducción del número de larvas que sobrevivirán hasta la primavera, época en que realizan sus procesiones y causan molestias en la población por su capacidad urticante.
Sin embargo "todavía es pronto para asegurar que la plaga remitirá de manera general", añaden los investigadores, "a pesar de que en las zonas menos favorables para la especie, como los bosques situados a mayores altitudes, es probable que se observen menores daños en al arbolado este 2021, dando un respiro a los pinares"
Texto: Oficina de prensa