El Dr Aitor Ameztegui, uno de los autores del Informe “Climate and Environmental Change in the Mediterranean Basin"
La UdL y el CTFC participan en el primer informe sobre los efectos del cambio climático en la región
Descargar pdfLos ecosistemas mediterráneos se calientan un 20% más deprisa que la media mundial. Sin medidas apropiadas, en el 2040 el aumento de las temperaturas será de 2,2 °C y en el 2100 en algunas regiones superaría los 3,8 °C. Esto pondría en peligro la supervivencia de los bosques y aumentaría el peligro de grandes incendios. Estas son algunas de las conclusiones del primer informe sobre los efectos del cambio climático en la región, liderado por la red de expertos MedEcc, donde han participado el investigador de la Universitat de Lleida (UdL) Aitor Ameztegui y la investigadora del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC) y el CREAF, Alejandra Morán.
El First Mediterranean Assessment Report reúne el trabajo de 190 investigadores de 25 países. Se trata de un informe transversal que incluye análisis de los efectos del cambio climático sobre los recursos naturales, la disponibilidad de alimentos o la seguridad de las personas, entre otras. El aumento de temperatura y del nivel del mar, la escasez de agua y de comida y más migraciones a gran escala son algunas de las perspectivas que presentan las previsiones sobre los efectos del calentamiento global. Ameztegui y Morán han trabajado en el apartado de ecosistemas terrestres, concretamente en la afectación en los bosques.
Las zonas boscosas juegan un papel fundamental como alcantarillas de carbono, puesto que absorben más del que emiten. "Si se consigue limitar la subida de las temperaturas, la mayoría de especies forestales presentan mecanismos de adaptación y podrían hacer frente al nuevo clima", afirma el investigador de la UdL. Aun así, "si el aumento de las temperaturas supera los 2 grados respecto a los valores pre-industriales, los bosques mediterráneos se verán sometidos a unas condiciones sin precedentes en los últimos 10.000 años, frente a las cuales serían muy vulnerables", añade Aitor Ameztegui.
En este escenario, "algunas especies se verán especialmente afectadas, pudiendo producirse mortalidades masivas después de sequías intensas, como ya estamos viendo en algunas especies de robles y alcornoques en España o Italia", explica. Los investigadores creen que en las zonas más áridas se podría incluso reducir la superficie de bosques, con la consiguiente pérdida de servicios ambientales que estos prestan. También esperan un aumento importante del riesgo de incendios a causa de la mayor frecuencia de periodos de clima extremos. "El periodo de fuegos se alargará, y la probabilidad de sufrir mega-incendios será más grande tal como ya estamos viendo en otras regiones de clima mediterráneo, como por ejemplo California o Chile", destaca Ameztegui.
El informe concluye que los bosques mediterráneos tendrán que adaptarse a un clima más cálido y seco, lo cual comporta periodos de sequía prolongados, olas de calor largas, aumento del riesgo de incendio y una exposición más frecuente e intensa a perturbaciones bióticas, como por ejemplo plagas. "La velocidad del cambio ambiental actual no tiene precedentes y plantea dudas sobre la capacidad de las especies mediterráneas para hacer frente al cambio que vendrá y, en algunos casos, puede hacer aconsejable la adopción de medidas adaptativas planificadas", afirma el documento.